EcoNegocios

Calicatas

Los proyectos de iSur muchas veces tienen actividades que no necesariamente trascienden de lo meramente interno. Actividades muy particulares que complementan el trabajo realizado en otros aspectos como son las capacitaciones o talleres  los cuales, por su alcance, solemos difundir más.

En ese sentido, hace un mes estuvimos presentes en una interesante experiencia que formaba parte del Proyecto Cacao de iSur, coejecutado con Central Café & Cacao.

Como les contamos en la crónica sobre Punkiri Chico de hace unos días, aquella vez viajamos hasta esta localidad para realizar una comisión para el proyecto. Hoy les contamos en que consistió.

Junto con  Gastón Zapata y su equipo de Central Café & Cacao y de los socios del proyecto, nos acompañaba también el ingeniero agrónomo Luis Mansilla Minaya, un experimentado profesional que vino hasta Madre de Dios para hacer un trabajo muy interesante.

Veamos.

Para quien es ignorante en materia agrícola, el suelo de la selva es rojo y se acabo. No hay mayores matices. Pero, como es obvio, la cosa no resulta tan simple. Conocer bien la tierra en la que se trabaja es la mejor forma de manejar los cultivos de manera óptima.

Con ese objetivo el ingeniero Mansilla venía a tomar muestras de una serie de parcelas representativas de las diferentes asociaciones de productores de cacao de nuestro proyecto, para realizar un el análisis de suelos

Aquel día estuvimos en Punkiri Chico, Tramo Delta y en Santa Rosa –kilómetro 288 de la Interoceánica- pero los días anteriores y posteriores se estuvo por Centromin –no es la antigua empresa minera estatal, es una asociación, aunque valdría conocer su historia pues probablemente no sea coincidencia-, Santo Francisco o Vírgenes del Sol.

El análisis de estas chacras permitirá obtener datos sobre la presencia de nutrientes, humedad y toda limitación física o química que  condicione el desarrollo de la planta de cacao.

Para hacerlo se excava un hueco en la tierra de 1.20 metros denominada calicata. Cada calicata es identificada según sus coordenadas obtenidas mediantes GPS. De las calicatas se extraen muestras cada 30 centímetros, las que representan a los horizontes, es decir las diferentes capas de tierra.

La primera muestra busca ver la conformación del suelo y la presencia de materia orgánica pues es ahí donde caen y se descomponen restos  como hojas, frutos o insectos, algo fundamental de conocer para una planta como el cacao que se cultiva bajo el sistema de agroforestería  y que recibe parte de sus nutrientes como producto de la descomposición de los restos de las plantas que le dan sombra.

Las capas posteriores van perdiendo en presencia de materia orgánica para entrar ya meramente en lo que es la tierra propiamente.

Carta para muestras.

En campo se toma la referencia del color de la muestra extraída en cada horizonte  mediante la comparación con una carta de colores ad hoc que determina algunas variables físicas. De esta manera hay una referencia in situ de las condiciones halladas ya que en el transporte estas pueden verse alteradas. Cada muestra es de alrededor de un kilo de peso.

Posteriormente las muestras se almacenan por separado en sacos de tela para transportarlas  hasta el laboratorio donde se realizan las pruebas. En este caso las pruebas se han hecho en la Universidad Nacional Agraria La Molina de Lima.

En total se realizó el análisis de 10 chacras. A 4 muestras de un kilo por calicata, tenemos que el ingeniero Mansilla se fue cargado con cerca de 40 kilos de peso. Casi nada.

En estos momentos los resultados preliminares ya están listos pero falta la interpretación que haga el consultor –o sea el ing. Mansilla- en su informe final y las recomendaciones para los productores.

Con esta información ellos podrán tomar mejores decisiones conociendo  el tipo de suelo de sus chacras, su fertilidad, la concentración de agua y minerales y el tratamiento que deben darle al cultivo.

Los resultados son clave pues las diferencia entre sector y sector son notables.

Construyendo escalera.

A  unos 4 kilómetros de Punkiri Chico, en los predios de Santiago Mendoza –el popular Chanti- la tierra tenía por ejemplo alta concentración de agua. Kilómetros más allá,  en una chacra ubicada en el sector de Tramo Delta –donde por cierto se tuvo que armar una escalera para hacer la prueba-, el terreno era totalmente diferente. Incluso con una coloración distintita. Y  en Santa Rosa, más cerca de la carretera, la tierra era también distinta a las otras dos.

Si se estandarizara para cada zona el manejo, los resultados obtenidos, por esta realidad oculta bajo tierra, serían radicalmente diferentes. Algo que en Madre de Dios, esperamos, ya no va a ocurrir porque, como nuestros amigos socios del proyecto, nosotros también creemos que el cacao de Madre de Dios va a ser un producto bandera de la región y todo esfuerzo vale la pena.

Acerca de Comunicaciones iSur

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